Si ya de por sí el acto de entrega de la Medalla de Oro de la ciudad a nuestra Hermandad fue un hecho emotivo e histórico, ni que decir tiene que la posterior Salida Extraordinaria de Nuestra Señora de las Angustias por las calles de Arahal en la jornada del 22 de Junio quedará para siempre como un evento que demostró cómo el sentimiento esperancista tiene caracteres que imprimen grandeza a los que hacen del blanco y el verde el color de sus corazones: unión, apoyo, comprensión, colaboración, alegría, coordinación. El día 22 de junio del año 2013 pasará a la historia no porque una Virgen se paseó por las calles arahalenses con categoría y grandeza, sino porque la gente de la Esperanza demostramos al mundo que todos queremos lo mismo para nuestra Hermandad, que todos sentimos lo mismo, que todos trabajamos en una misma línea y sentido, y prioritariamente, si por algo nuestra Corporación ha experimentado en los últimos años un cambio cualitativo en sus interiores es porque todos sabemos qué queremos apoyados en la unión y la tolerancia. Fueron muchas las horas que la Virgen estuvo en la calle durante ese día 22 de Junio, pasando por lugares por donde nunca antes había transitado. A su vez, fue acompañada por miles de personas que ese día hicieron de Arahal un espacio intransitable: todas las esquinas y plazas quedaron abarrotadas: la salida, San Antonio, San Roque, Veracruz, el centro, la Victoria… Pero si hay que quedarse con algo, señalaríamos el transitar del palio de la Madre de Dios por la Plaza Vieja, Pilar, Huertas, Mina y Pozonuevo. Un barrio entregado a la Virgen, y gente que abrieron las puertas, balcones y ventanas de sus casas para que incluso los impedidos y enfermos pudieran ver la cara bendita de las Angustias. Gracias a todos los que hicisteis posible ese sueño hecho realidad y que permanecerá en nuestros corazones de por vida.