Queridos hermanos de nuestra hermandad, es para mí una gran alegría poder haceros llegar mi saludo a través de este medio y entrar en vuestras casas. Creo que todos ya me vais conociendo, soy Alejandro, el nuevo párroco de Santa María Magdalena y director espiritual de esta Hermandad. Es algo muy bonito el poder dirigirme a todos los hermanos como vuestro sacerdote y párroco, ya que, como tal, tengo la misión más importante de todas y es que como enviado de Dios a ser vuestro pastor, debo ayudaros a que todos vosotros consigáis uniros más a Cristo y ser verdaderos cristianos en medio del mundo.
Cuando me destinaron a Santa María Magdalena de Arahal, os confieso que llegue con temor, ya que es una Parroquia mucho más grande que la que yo había guiado durante los últimos diez años de mi vida, con una realidad cofrade tan rica y tan extensa como es la de nuestro pueblo, teniendo que guiar y cuidar a siete hermandades, una agrupación y el Consejo de hermandades de nuestro pueblo. Además, a esto se le añade que en una parroquia donde había costumbre de que hubiera párroco y vicario parroquial, se quedaba un solo sacerdote como párroco, llevando el trabajo que anteriormente habían llevado dos. Todo esto, me hacían pensar en mi incapacidad ante la misión que Dios me había encomendado, pero confié en su voluntad y me dejé hacer por Dios y pronto descubrí un pueblo que en lo más profundo de su ser tiene la fe en Nuestro Señor Jesucristo, un pueblo que ha sabido conservar la confianza en un Dios que es nuestro Padre y que nos promete la Salvación. Realidad que me lleno de esperanza y de gozo ante un mundo en el que cada vez tiene menos cabida cualquier tipo de creencia que no pueda ser demostrada y sobre todo la fe católica. Así que pronto me puse manos a la obra y poco a poco creo que voy haciéndome un huequito dentro de la vida del pueblo, dentro de vuestras vidas y así juntos crecer en la fe a Dios, nuestro padre.
Pero esta realidad no debe dejarnos dormir, tenemos que permanecer a la escucha de Dios con los cinco sentidos bien despiertos, puesto que cada vez hay más gente que no quiere nada con Dios y es ahí donde entra el papel importante y decisivo de las hermandades. ¿Por qué que es una hermandad? Una hermandad designa a una asociación pública de fieles establecida conforme según los cánones del Código de Derecho Canónico. Normalmente reúnen a los creyentes en torno a una advocación de Cristo, de la Virgen o de un santo, con tres fines, el culto a Dios, la caridad y la formación. Seguramente, muchos de vosotros ya sabéis lo que es una hermandad y por lo tanto debemos ir al origen, a la definición, retomar lo que es una hermandad de verdad y vivir la fe dentro de ella, como el mayor tesoro que guarda o debe guardar cada hermandad. Es de decir como miembros de la hermandad, sois
cristianos que, a través de la devoción a vuestros sagrados titulares, debéis encontraros con el Señor en vuestras vidas y dar testimonio de que con Cristo la vida del hombre cobra todo su sentido, se llena de esperanza y la lucha en esta vida se hace mucho más fácil por tener a Dios a nuestro lado. NO OS DEJEIS LLEVAR POR EL MUNDO, CRISTO OS NECESISTA Y OS ESPERA PARA HACER POSIBLE SU MENSAJE AQUÍ EN NUESTRO PUEBLO, ALLÍ DONDE ESTEMOS. Ahora, ¿Cómo damos testimonio los cofrades o como debemos dar el testimonio cristiano? Es fácil y sencillo, viviendo como Cristo y siguiendo los pasos que la Iglesia nos vaya marcando. Es decir, un cofrade debe participar en la misa dominical de su parroquia, debe formarse y seguir creciendo en la fe y debe ayudar al necesitado y entregarse a los hermanos, entonces seremos una hermandad que hace presente a Dios en medio del mundo.
Ahora llega el tiempo fuerte de la Cuaresma, un tiempo para prepararse al misterio salvífico de Dios que acontece en su Pasión, Muerte y Resurrección, todo por amor al hombre, por amor a ti, por amor a cada uno de nosotros. Se de sobra, que además de ser un tiempo de Dios, es tiempo de trabajar mucho para preparar vuestros cultos y vuestras estaciones de penitencia, pero que todo el ajetreo, trabajo y esfuerzo no nos lleve a alejarnos de lo verdaderamente importante, que nos centremos en Dios, que escuchemos su palabra y que poco a poco descubramos como siendo Dios, se despojó de su rango, se hizo como nosotros y se entregó a la muerte por nuestra salvación. ¿Cómo respondemos nosotros a tanto don y tanta gracia dada a sus hijos por amor? Viviendo la Cuaresma como nos dice el Papa Francisco: “La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle poner su morada en nosotros, si lo hacemos, la Cuaresma será tiempo para estar más atentos a decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan, que ayudan a crecer en la fe a nuestros hermanos”. Ojalá que, en esta Cuaresma, nuestra hermandad sea un foco de luz en medio de un mundo triste y oscuro, donde hace falta la esperanza de un Dios que hecho hombre en Jesús, dio su vida por la humanidad.
Quiero terminar, diciendo que como pastor y sacerdote me tenéis para lo que necesitéis, que os sintáis parte de la parroquia, que Dios os necesita para hacer llegar la fe a todas las gentes y que todos juntos, caminando en la misma dirección, es decir, caminando hacia Dios somos una familia, la familia de la Iglesia que comparte una misma fe y una misma esperanza. Ayudadme a conseguirlo, que todos los cristianos en Arahal nos sintamos hermanos y eso se vive compartiendo lo más grande que tenemos, que es la Eucaristía, familia que reza unida (cada Domingo), permanece unida.
Por último, quiero encomendaros a todos a las manos de nuestra madre, la Virgen María, que fue la primera en aceptar la muerte de su Hijo, porque en ese dolor tan grande de ver a Jesús muerto, ella mostro su entrega total a la voluntad del Padre, aceptando que en esa muerte esta nuestra salvación, que ella nos ayude a descubrir que fue la donación más grande hecha por amor. Además, no puedo dejar de escribir sin acordarnos también de nuestra amantísima patrona, Santa María Magdalena, siempre cerca del Señor, contemplando en primera persona la pasión del Señor. Ella es la discípula fiel que nunca se separó del Maestro. Que todos aprendamos de ella y con la ayuda de la Cuaresma, vivamos una Semana Santa unidos fuertemente a nuestro Señor Jesucristo. Que el Señor os bendiga siempre.
Rvdo. Señor D. Alejandro Gordón González de Aguilar
Director Espiritual de la Hermandad y párroco de Santa María Magdalena