RESTAURACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS

El estado de conservación que presentaba la imagen de Nuestra Señora de las Angustias no era el adecuado para cumplir la función evangelizadora para la que fue concebida por los antiguos miembros de la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Esperanza, Nuestra Señora de las Angustias, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena y materializada en madera por el prolífico imaginero Manuel Pineda Calderón en el año 1938. Esta circunstancia ha motivado una intervención de conservación y restauración integral, es decir se ha actuado a nivel de soporte principalmente y en menor medida a nivel de policromía. El resultado final mantiene la impronta que el escultor dio a su obra, como no podía ser de otra manera, conservándola, para que continúe transmitiendo sus valores devocionales sin perturbar la contemplación que de la misma tienen sus fi eles y devotos. En sus escasos setenta y cinco años de existencia, el amor, mimo, respeto y devoción con los que ha sido tratada no ha impedido que la materia se haya degradado, debido principalmente a la deficiente construcción de la estructura en origen, el intenso uso cultual de la misma y los cambios bruscos entre la humedad relativa y la temperatura, a los que indefectiblemente se ve sometida la madera y por ende el resto de estratos depositados sobre ella para dar color a las formas de la talla.

Brazos2 Policromia6 Candelero3

“Manuel Pineda Calderón (1906-1974), fue uno de los imagineros más activos en la etapa posterior a la Guerra civil española de 1936, en la que se había destruido una ingente cantidad de obras de arte, sobre todo religiosas. Su abultado catálogo lo convierte en uno de los más prolíficos de esos años.

Sin embargo, el hecho de haber mantenido siempre su taller en Alcalá de Guadaira, su ciudad natal, así como no haber recibido encargos de importancia por parte de las Cofradías de Sevilla, ha motivado que sea todavía muy desconocido.

Sus obras se extienden por numerosos pueblos y ciudades de la geografía andaluza, extremeña, castellana, vasca, etc. En general, todas siguen las líneas de los grandes maestros del siglo de oro de la imaginería sevillana, siendo las suyas fácilmente identificables, merced a unos grafismos propios que las hacen inconfundibles.

Pero su quehacer artístico no se limitó sólo a la escultura religiosa, sino que cultivó otros muchos campos como la pintura de caballete (tanto de tema profano como sagrado, sobre pan de oro), la talla de retablos, el diseño de pasos procesionales, la pintura mural para la decoración de capillas, la pintura sobre tejido, etc.

Mención aparte merece el preciosismo con que elabora las policromías y estofados de sus obras, destacando en este sentido las imágenes de pequeño formato, que son todo un tratado o catálogo de técnicas y motivos decorativos.

De carácter sencillo, amigo de sus amigos, hombre servicial en extremo, fue toda una institución en la Alcalá de su época, y aún hoy su memoria perdura entre sus paisanos, habiendo recibido varios homenajes en vida, así como la rotulación de una calle con su nombre; de igual modo, fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad, estando enterrado en la Capilla de Nuestra Señora del Dulce Nombre de María, de la Parroquia de San Sebastián.”

La imagen de Nuestra Señora de las Angustias no ha tenido una intervención de restauración desde una perspectiva científica, metodológica y rigurosa como la que se ha realizado desde que fue terminada por su autor. La historia material de la escultura tan solo recoge algunas modificaciones que realizó el propio Pineda Calderón a instancias de Antonio Camacho en el rostro de la Virgen y la colocación de nuevas pestañas a cargo del hermano Luis Fernando Camacho Cintado.

Una intervención de restauración de esta naturaleza no se entiende sin el apoyo de medios científico técnicos aplicados al estudio y conocimiento de aquellos aspectos de la construcción interna de la estructura de la imagen así como de su estado de conservación. Por ello en el mes de mayo del año 2011 se realizó un estudio mediante imágenes médicas sobre los que sustentar un informe diagnóstico del estado de conservación de la imagen y una propuesta de intervención que fue aprobada en Cabildo de Hermanos el día 28 de septiembre del año 2012.

El 29 de octubre del año 2012 es trasladada al taller para iniciar el tratamiento propuesto. Los principales problemas de conservación que presentaba la imagen eran los siguientes:

  • El candelero era un elemento deficiente por las siguientes razones: a nivel de construcción, ya que la carpintería que presenta no es de calidad, también estructural, por cuanto sujeta al cuerpo de la imagen mediante puntillas y por último estético ya que tanto las maderas usadas como el corte de las mismas ha de ser cubierto por una tela para no llamar la atención. En la base se localizó un orificio de salida producido por un ataque de insectos xilófagos.
  • Los brazos, articulados mediante el sistema denominado comúnmente de “galleta” presentaban amplias holguras entre sus piezas de unión, así como en las espigas de hombros, codos y muñecas. Las modificaciones efectuadas en arreglos puntuales habían perjudicado seriamente la funcionalidad de los mismos, ya que se mantenían fijos mediante puntillas.
  • El cuerpo, al igual que el candelero, se encontraba cubierto con telas y relleno de una serie de tejidos con la finalidad de dar forma a la anatomía del cuerpo, sobre todo en los hombros, ya que al no disponer de la terminación de los mismos para alojar la articulación de los brazos, queda en hueco y hacía necesario y justificado su relleno. El estrato de preparación y color del cuerpo se encontraba sumamente degradado debido principalmente a los movimientos de la madera y los clavos y grapas usados para sujetar las telas que lo recubrían.
  • Las piezas de madera que conforman la imagen se encuentran sujetas por una gran cantidad de puntillas, como desvelaron las radiografías y la Tomografía Axial Computarizada realizadas.
  • Las manos presentaban fisuras superficiales sobre la policromía que procedían de los movimientos de la madera.
  • La policromía presentaba un nivel de suciedad superficial medio. Así como importantes pérdidas en la policromía de las sienes, hombros y muñecas debido a los alfileres usados para vestirla. La adhesión de estos estratos al soporte era deficitaria en dichas zonas.
  • Las pestañas eran inadecuadas para el rostro de la imagen debido a su grosor, extensión y pérdida de parte de la pestaña izquierda.
  • El sistema de sujeción de la corona es mejorable desde el punto de vista funcional y estético.

El tratamiento realizado a nivel genérico ha sido el siguiente:

  • Sustitución del candelero por otro de ocho palos en madera de cedro.
  • Sustitución de los brazos por otros en madera de sapelli, articulados multidireccionalmente mediante el sistema de fosa y bola.
  • Sustitución de las espigas de madera de las muñecas de las manos que se alojan en los antebrazos por un sistema en acero inoxidable que permite la fijación de las mismas e impide su posible caída.
  • Eliminación del recubrimiento de fibra de cáñamo y yeso del cuerpo de la imagen.
  • Sustitución de las maderas que conforman las caderas y parte del abdomen.
  • Construcción de hombros o “sombrerillos” para alojar los brazos.
  • Sustitución del sistema de sujeción de la corona por otro en acero inoxidable, consistente en una pieza cilíndrica con rosca interior que queda alojada en la zona superior de la cabeza en la cual rosca un perno, que puede ser extraído fácilmente.
  • Sustitución de las pestañas.
  • Extracción de puntillas y su sustitución por espigas de madera.
  • Consolidación de las fisuras.
  • Cierre de agujeros.
  • Fijación de la policromía que no se encontraba adherida al soporte. Principalmente en las fisuras y zonas afectadas por los alfileres.
  • Realización de un test de solubilidad para determinar el disolvente o la mezcla de estos más adecuada para efectuar una limpieza superficial de la encarnadura.
  • Limpieza del vidrio de los ojos y lágrimas.
  • Estucado de lagunas.
  • Reintegración cromática de las mismas no diferenciada.
  • Aplicación de una capa de protección final.

Al margen de ésta propuesta se recomendó, como medida de conservación preventiva, la realización de un corpiño, gorro y muñequeras en cuero para proteger la encarnadura de los alfileres usados para vestir la imagen, el cual se ha realizado así como la confección de un “pollero” telescópico que libere a la cabeza de soportar el peso de la corona y del manto de salida.

restaurada

El tratamiento de restauración concluyó el día 23 de enero del presente año 2013.